martes, 9 de febrero de 2010

Día 4. Soberbia de la buena

Llevo tres semanas sin fumar, y me he dado cuenta de que voy a estar eternamente "dejando de fumar". ¿Seguiré contando los días cuándo lleve una eternidad?, pero... ¿llegaré a estar sin fumar esa eternidad?
Me respondo que sí, incrédula de mí, pero todos, hasta mi otro yo (el de los fines de semana), desconfían de mi fuerza de voluntad. Así que ahora ya no sé si lo dejo porque sé que debo dejarlo, o si lo dejo para cerraros la boca/bocaza, dependiendo de cada cual.
Parece que hoy toca pecar de soberbia.


¿Cómo no? Cómo no va a venir la vanidad si he conseguido que dos amigas dejen de fumar. Si estoy desmantelando - poco a poco, como quien construye roma (sólo que al revés) - el imperio de la industria tabacalera.
Y así es como me imagino que me ganaré el toctoc en mi ficticia puerta de Rodríguez Zapatero, o quien le siga, para decirme "ya te vale niña, ¿te parece bonito?".
Estoy empezando una pequeña revolución. Ojalá no fuera pequeña, pero tampoco tengo mucho poder de convicción...

Y no me canso.
Porque cuando un desconocido se enciende un cigarro de esos que yo antes me fumaba, encantada pero en el fondo obligada por mi dependencia, le miro con mala cara. Sí señor.
Lo sé. Bueno no lo sé, porque no me veo. Pero eso creo, sí.
Pobrecitos
, pienso para mí (si lo pensara para ellos me darían muchas collejas), cuando al salir del metro o del centro comercial o de clase o de... cualquier sitio, antes de entrar al metro o al centro comercial o... (¿de verdad tengo que repetirlo?), al esperar algo o a alguien, y ese longuísimo "etc", se encienden automaticamente un cigarro. Pobrecitos.
Reflexión: Y si pienso que ellos son pobrecitos, será que pienso que yo no lo soy porque yo no lo necesito. Osease, soberbia.

Lo huelo.
Se me cae la baba.
Me da vueltas la cabeza - no del colocón, sino de la envidia pelotera.
Pero reacciono:
A imitar: Girar la cabeza hacia el sujeto que fuma, por encima del hombro. Ligera elevación de la barbilla. Fruncir el ceño y achinar los ojos como sosprechando. Arrugar la nariz como si en lugar de tabaco olieramos a la famosa caca de vaca. Y separar el labio superior.
Cara de asco.
Soberbia de la buena.
Si llevas tres semanas sin fumar, te sale sola.

Que detallazo por mi parte poner pobrecitos siempre en cursiva. Por si alguien me lee y fuma y piensa que le insulto. ¡Que no!, que yo antes era pobrecita, que yo te entiendo.

lunes, 1 de febrero de 2010

Excusas

Lo sé y lo siento.

Sé que me propuse escribir y me he fallado.
También me propuse - y con más voluntad - no fumar, y eso sí que lo estoy cumpliendo.

Diría que estoy atareada, pero quien me conoce sabe que eso ahora no es verdad. "Quehaceres" tengo muchos, pero no los considero tareas a corto plazo y como buena estudiante, las aplazo.

Me prometo escribir pronto.
Mañana que es martes, ni te cases ni te embarques, pero escribe algo.
No sé si me creo o si me excuso.